
El otro día me senté a diseñar la trayectoria de una nave espacial de la Tierra a la Luna. Pero esto no fue cosa de hacer un simple dibujo de una órbita sobre una servilleta de papel. Esta fue una trayectoria real. Llena de matemáticas y física y conceptos sobre la música de las esferas. Las varias copas de vino tinto y las altas horas de la madrugada sentada ante el ordenador/computador de
César Ocampo ayudaron… o no ayudaron. Pero al fin y al cabo, la trayectoria quedó diseñada con todos los hierros: no había forma de que nuestra sonda espacial imaginaria se nos fuera a perder en Marte o Venus. Claro que yo lo único que hice fue seguir las instrucciones del profe, entrar montañas de números en varias bases de datos, y cliquear el mouse toda la noche. Y no obstante…guau. La sensación fue una de euforia: había diseñado mi primera trayectoria espacial. Allí estaba. La clave para penetrar en los misterios de la astrodinámica y la mecánica celeste, representada en una hermosa animación con órbitas de colores entre la Tierra y la Luna.
César Ocampo es un ingeniero de origen colombiano que trabaja como profesor en el departamento de Ingeniería Aeroespacial de la célebre Universidad de Texas en Austin. Esa noche, no tuve más remedio que bautizar a César como “el Kepler colombiano”. Resulta que este “gurú de las órbitas y la mecánica celestial” se ha inventado un programa de software llamado
Copernicus.
Y ahora Copérnico es el software que la NASA usa regularmente para planear sus misiones dentro del Sistema Solar. Como si fuera poco, fue escogido como el mejor software del año en NASA Johnson 2009, y ahora compite para mejor software del año de toda NASA.Sin ir más lejos, Copérnico
trazó la ruta de la sonda lunar LCROSS, que el próximo 17 de junio partirá rumbo a ese satélite con el objetivo totalmente intencionado de estrellarse contra la superficie lunar (en busca de agua en forma de hielo). No todos los días diseña uno una trayectoria que termine con una colisión preprogramada. Sólo imagino lo que se divirtió César trazándola.
Copérnico es un “sistema de alta precisión para el diseño y la optimización de trayectorias” de una o varias naves espaciales en cualquier situación gravitatoria dentro del Sistema Solar. Permite que los programadores consoliden todos los problemas que uno encontraría al armar la ruta de un vehículo dentro de un sistema solar lleno de planetas. Estos problemas incluyen las diferentes gravedades de múltiples objetos celestes, que son campos de fuerza por entre los cuales hay que saber cómo navegar, cómo aprovechar, o cómo evitar; los diferentes métodos de propulsión de la nave, los varios marcos de referencia, las transferencias de una órbita a otra. Copérnico facilita la optimización de trayectorias para cualquier tipo de misión, en cualquier campo de fuerza que encuentran las naves espaciales en sus recorridos interplanetarios.
Lo más divertido es ver cómo, tras las listas de reducciones matemáticas, haces “clic” y se va formando la animación de la trayectoria. Para la persona encargada de la propulsión del vehículo espacial, es clave trabajar con Copérnico porque el software le ayuda a decidir en qué momentos usar un impulso variable o constante, es decir, cuando abrir o cerrar la tobera de su nave; en otras palabras cuándo frenar y cuando meter el acelerador.
La lista de algunas de las cosas que se pueden hacer con Copérnico se lee como un catálogo salido de Star Trek:
-Órbitas de transferencia centradas en planetas
-Misiones heliocéntricas a Marte para traer muestras
-Trayectorias Tierra-Luna con regreso libre
-Órbitas de transferencia de escape terrestre
-Transferencias de la órbita terrestre a la lunar
Y muchas, muchas otras!!
Very cool, indeed, Dr. Ocampo.