Algo
en Elon Musk me hace pensar en Tintín, el héroe sin edad de las célebres
historietas del caricaturista belga Hergé. Tiene 42 años aunque parece de 30, y
su expresión de niño inocente y algo burlón no corresponde con el torrente de
compleja información que procesa a velocidades superlumínicas, y que expresa de
forma casi inconsecuente.
Ese
tono casual y a la vez seguro es lo que define a Musk, el multimillonario de
origen sudafricano radicado en California y responsable del éxito arrollador de
los autos eléctricos Tesla Motors y los logros sin precedentes de la primera
agencia espacial privada, SpaceX. Cualquiera que lo oiga pensaría que diseñar
tecnologías y fundar a tres revolucionarias empresas es la cosa más fácil del
mundo.
Pero
la verdad es que Musk, quizás el empresario más mencionado en los medios mundiales después de
Steve Jobs, ha descrito su labor como “comer vidrio molido y enfrentarse al
abismo de la muerte. Y aunque hay períodos muy divertidos, la mayor parte del
tiempo uno tiene que trabajar en los problemas de la compañía y no en los que a
uno le gustan”.
LEE LA NOTA COMPLETA EN LA REVISTA DINERS:
2 comentarios:
Te dejo sola un tiempo y ya estás buscando novietes. Voy a tener unas palabras con ese tal Musk.
This is awesome!
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