Juntos en la Aventura

Un blog de Angela Posada-Swafford sobre ciencia, exploración y las cosas extrañas con que me encuentro durante algunos de mis reportajes./ A BLOG ABOUT COOL SCIENCE, EXPLORATION, AND SOME PERSONAL ADVENTURES IN SCIENCE REPORTING.

viernes, 11 de diciembre de 2009

En compania de los pinguinos


Otro dia de trabajo aqui en la Antartida: sentarse a observar una colonia de pinguinos adelia durante toda una tarde. Su drama familiar es como el nuestro: ellos estan plagados de adolescentes malcriados, ladronzuelos de piedras para el nido, bebes hambrientos y parejas celosas.
Ademas, el hielo del mar se les derrite. Esto significa que les es cada vez mas dificil conseguir el krill del cual se alimentan. Este krill (similar a camarones diminutos) pone sus huevos debajo de la capa de hielo marino que se forma en los inviernos. Tambien se encuentra debajo de los tempanos. Al no haber tanto hielo, los adelias deben nadar mas y mas lejos para conseguirlo. Esta colonia de la Isla Torgersen tenia, hace una decada, al menos 10,000 parejas de pinguinitos; ahora quedan 3,000.

Se trata de estudiar si los adelia se adaptan de alguna forma, o si simplemente desaparecen...
Hoy sabado 12 de dic., a las 4 hora de Chile y Palmer, trataremos de hacer una transmision en vivo por internet desde esta isla...es algo sin precedentes. No se ha hecho nunca en la historia de las comunicaciones polares: 3 paises enlazados en una videoconferencia con la Antartida simultaneamente. Y con opcion para que se vea en todo el mundo por internet, en: www.maloka.org.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Cecilia


Llegó a la Estación Palmer una fría noche de noviembre, cuando los témpanos azules, traídos por los fuertes vientos del este, comenzaban a invadir la bahía. Simplemente amaneció allí en las escaleras del galpón de los botes zodiac; su pelaje húmedo era color pardo casi del mismo tono de la madera, y sus ojazos redondos punteados por largas cejas miraban vívidamente en torno suyo.
Su madre la había destetado a las tres semanas de nacida, y ahora, con cuatro semanas, la adorable hembra de foca elefante antártica estaba descubriendo el mundo. Algo le pareció irresistible en Palmer. Quizás el color de los edificios azules. Quizás la forma de los zodiacs en la superficie. Quizás los cantos de canción de cuna de los emocionados habitantes de la estación, que trataban de permanecer alejados unos metros de ella para no predisponerla al contacto humano.
Alguien la bautizó Cecilia.

Y Cecilia permaneció varios días en Palmer, allí en sus escaleras de madera, dejándose consentir a distancia, y hasta mostrándose ofendida cuando el ruido de los zodiacs interrumpían su sueño de bebé. Alguien más preguntó qué estaría comiendo. “Nada”, le respondieron. “Las focas elefante reciben de su madre semejante cantidad de leche materna tan llena de nutrientes y grasas, que parece cuajada. Puede sobrevivir varias semanas de sus reservas de grasa, mientras aprende a comer, y no, no están en ningún peligro de extinción, al contrario”.

Un buen día, Cecilia desapareció. Todos la buscaron y la buscaron, sin éxito; Había dejado un gran vacío, pero todo el mundo sabía que habría de suceder tarde o temprano. Cecilia había seguido su camino por las islas del Archipiélago Palmer, aprendiendo a atrapar calamares y peces, aprendiendo a bucear poco a poco. Eventualmente podrá llegar a los -1,500 metros, podrá permanecer sumergida 2 horas y su corazón (para ahorrar oxígeno) latirá sólo una vez por minuto.

Y un día, formará parte del harén de un macho de 4,000 kilos y 6 metros de largo, junto con otras 50 hembras como ella pero nunca iguales a ella, porque todos en Palmer queremos pensar que Cecilia es única. Después de todo, es la foca elefante que se atrevió a trabar contacto con los humanos.

viernes, 4 de diciembre de 2009

La cuestión es el hielo






Es poco lo que he podido escribir en este blog desde que llegue a la Antártida porque todo está apareciendo en un detallado diario interactivo en las páginas web de MUY INTERESANTE, con videos y fotos y algo de audio de los sonidos ambientales antárticos. ¡Te invito a que lo sigas!



La travesía por el Paso de Drake, famoso por su mal genio, fue más bien muy suave (un 3 en escala de 1 al 10, según el capitán del buque de investigaciones Laurence Gould). Las aguas de todos los océanos del planeta se juntan en Drake, mezclándose las aguas cálidas del norte con las gélidas de la Corriente Circumpolar Antártica, y este choque alucinante genera ventarrones que pueden formar olas de hasta 12 metros de altura.


La travesía de 5 días, con un grupo de 30 científicos de varias disciplinas (biólogos , geólogos y paleontólogos) culminó con la llegada a la Estación Palmer, en un día nublado y frío. Pero ese frío contrató con la hermosa calidez de la gente que trabaja aquí. Palmer es un lugar único en el mundo. Con no más de 40 personas, es la única estación de investigaciones de EE.UU. en la Península Antártica.

Las razones son las siguientes: la Península es un medio ambiente biológicamente muy rico; hay una abundante cantidad de agua fresca por los glaciares alrededor; el acceso en barco es fácil al muelle (barco es la única forma de llegar a Palmer por ahora, aunque en el futuro se prevé el potencial acceso en aviones de carga). Finalmente, al lado de los glaciares existe un área rocosa libre de hielo, que es donde está el edificio de la estación.

Todo eso es clave para los estudios que se llevan a cabo aquí: estudios con aves antárticas (incluyendo pingüinos, petreles y otros); fitoplancton (plancton vegetal) y bacterias, para mencionar algunos. Estos estudios vienen realizándose desde hace varios años, pues es la forma de comparar, medir, demostrar.

La cuestión es la pérdida del HIELO. Ese es el punto cardinal de todo esto, como aprenderé más adelante. Cuando el hielo aumenta o disminuye, cuando se derrite o se compacta, los cambios en el ecosistema local, y mundial son importantes. Son la base de muchas cosas en una larga cadena que comienza en el mar y en la atmósfera, y termina en nuestras casas, en nuestras billeteras, en nuestras despensas y en el futuro de nuestra calidad de vida.