Juntos en la Aventura

Un blog de Angela Posada-Swafford sobre ciencia, exploración y las cosas extrañas con que me encuentro durante algunos de mis reportajes./ A BLOG ABOUT COOL SCIENCE, EXPLORATION, AND SOME PERSONAL ADVENTURES IN SCIENCE REPORTING.

domingo, 27 de septiembre de 2009

…tres…dos…uno…¿ignición?



La dichosa foto la puse en todas partes. Es que claro, es el momento de “apretar el botón”. Porque estoy en el mismísimo salón de control de lanzamientos del nuevo cohete experimental Ares 1X en el Centro Espacial Kennedy. La sala se inauguró oficialmente el viernes pasado. Pero vamos que no es nueva: desde allí mismo lanzaron las misiones Apollo y las del shuttle. Lo que hicieron fue arrancar todos los muebles y poner estas flamantes consolas nuevas. El ares 1X saldrá el 27 de octubre si los dioses y Mr. Obama no interfieren en su contra.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

¿A dónde irás a parar, ‘querida’ Samson?





Básicamente el cráneo de dinosaurio T-rex mejor preservado del mundo será puesto a la venta en un remate en las Vegas en 3 de octubre (junto con el resto de su cuerpo, uno de los 3 T.rexes más completos en la historia de la paleontología). Samson, que a pesar de su nombre es una hembra de tiranosaurio rey, fue descubierto hace 17 años. Desde entonces, sus magníficos huesos fosilizados han pasado de mano en mano entre coleccionistas privados tan ricos como misteriosos. El primero fue el empresario británico Graham Lacey que pagó unos 8 millones de dólares por la maravilla jurásica. El remate de Samson, que podría comenzar en 2 millones de dólares y subir hasta 10, viene a subrayar la controversia que existe desde siempre entre los coleccionistas no profesionales de fósiles importantes, y los paleontólogos. Muchos de los cazadores de huesos son gente responsable que preserva el contexto geológico y biológico de sus hallazgos, algo que es crucial para su estudio científico. Pero también los hay que no sólo no comparten los fósiles con los científicos, sino que los excavan de manera estúpida, echando al traste con su todo valor. Estas guerras de huesos de dinosaurios son parte de un nuevo artículo que escribí para Muy Interesante, y que saldrá en una edición del futuro cercano.

Tuve el privilegio de sostener en mis manos varios de los dientes de Samson, así como su premaxilar. Esto fue durante una visita hace un par de años a la bodega en Nueva Jersey donde Phil Fraley Productions estaba restaurando algunos importantísimos dinosaurios del Museo Carnegie tras 100 años de acumular barnices y pegamentos y monturas literalmente prehistóricas. Este es un fragmento de mi nota que apareció en Muy Interesante (edición de julio de 2007) “En la Cueva de los Dinosaurios”, acerca de esa obra magna de reconstrucción:

En un rincón de la bodega reposa otra caja enorme que no me permiten ver. ‘Es
que es el cráneo de Samson, que pesa 725 kilos, y ya está empaquetado en una
montura especial’, explica su responsable, otro artista llamado Joe Johnson.
‘Samson es otro tiranosaurio famoso porque tiene el cráneo más perfecto y
completo jamás descubierto en un t-rex. Así como Sue tiene el cuerpo perfecto
pero su cráneo está deformado, Samson tiene la cabeza intacta y su cuerpo es menos completo. Le puedo mostrar sus dientes y los huesos sueltos del
interior del cráneo”, añade abriendo una puerta que da a una pequeña habitación
llena de repisas sobre las que reposan huesos planos de formas indescriptibles’.

Este hueso se llama premaxilar, y es parte interior del hocico. Los
paleontólogos ni siquiera sabían que estos huesos existían hasta que apareció
este ejemplar. Y estos son los dientes: note que aún son afilados”, me dice
entregándome uno de por lo menos 12 centímetros de altura con los bordes
aserrados. La parte inferior de la mandíbula desarmada muestra dientes más
pequeños, creciendo en hileras como los de un tiburón blanco. Es fácil entender
cómo esa boca habría sido capaz de ejercer suficiente presión para traspasar lo
que fuera. Samson pertenece al empresario británico Graham Lacey, de quien se
dice que pagó entre 5 y 8 millones de dólares por el animal, que desde hace un
año duerme en Nueva Jersey mientras su dueño decide qué hacer con él.

Lo más importante del cráneo de Samson es que fue
enviado a la NASA para que le hicieran un CAT scan’,
dice el paleontólogo
Lamanna. ‘Tras ese examen descubrieron que dentro de su cavidad nasal podrían
existir unos órganos llamados turbinetes, un tejido en forma de espiral que sólo existe en las narices de las criaturas de sangre
caliente.
Los turbinetes son canales por entre los cuales fluye la sangre
a medida que el animal inhala y exhala. Y entonces este cráneo viene a apoyar la
teoría de que los dinosaurios eran animales de sangre caliente y por lo tanto
más relacionados con las aves que con los reptiles. Por eso hay tantos
paleontólogos molestos con la idea de que este animal no esté en un museo o en
un centro de investigaciones’.
Además de Samson, la subasta de Las Vegas, hecha por la casa Bonhams, presentará tesoros fosilizados tales como una rara especie de triceratops, un alucinante pez de 5 metros del Cretácico Superior, un mamut lanudo y varias otras maravillas para decorar la casa o la oficina corporativa. Es una lástima que la mayoría de los grandes museos públicos, tales como el Smithsonian, no estén en posición de competir por estas joyas de la ciencia, que pronto desaparecerán entre el mundo de sombras de los coleccionistas privados para no volver a ser vistos jamás. Y para no poder revelar nada a los expertos.

domingo, 13 de septiembre de 2009

¡hijuekxmkftrgrzrput!: Para tolerar el dolor


Ahora que el congresista republicano Joe Wilson se puso a gritarle mentiroso a Obama en plena sesión del Senado, traigo a colación esta joya de nota de la revista Scientific American: Los insultos son regios para aliviar el dolor. Que producen cierto bienestar, los que en alguna ocasión hemos lanzado alguno de esos insultos que nacen del corazón, no tenemos la mejor duda.
Pero es que el estudio publicado en NeuroReport lo comprobó físicamente cuando pidió a 67 voluntarios que trataran de tener sus manos entre agua helada cuanto más tiempo pudieran aguantar –y que echaran al viento todas las palabrotas que quisieran, o por el contrario, que entonaran alguna palabra neutral. Pues bien, los voluntarios que echaron sandeces aguantaron 40 segundos más que los de la boca limpia.

“Insultar es una respuesta tan común ante el dolor, que tiene que existir una razón por la cual lo hacemos involuntariamente”, dice Richard Stephens de la Universidad de Keele en Inglaterra, quien encabezó el estudio. “Yo aliento a la gente a que diga palabrotas cuando sufren heridas”, añade. No está claro cómo el lanzar juramentos logra este efecto físico, pero en ello está involucrada la amígdala, un grupo de neuronas que conforman el circuito más emocional y primitivo del cerebro. Tiene que ser un mecanismo de defensa integrado en nuestro cerebro.
“Los insultos son como la bocina del automóvil”, dice el sicólogo Timothy Jay. “Te permiten expresar furia, sorpresa, felicidad, afán. Uno puede hacer muchas cosas con ellos”.

O pregúntele al congresista Wlson: él sí que ha podido hacer cosas con el suyo, como por ejemplo causarle daño a su carrera.

viernes, 11 de septiembre de 2009

A veces hay cosas...



…que conviene saber.

Como por ejemplo esta: ¿Qué es lo más grande que se puede tragar una planta carnívora? Por lo general las plantas carnívoras sobreviven a base de insectos que pasan volando por ahí. Pero de vez en cuando hay algunas que se consumen bichos como una rana, una lagartija y hasta algún roedor pequeño.
Tragarse un roedor es una maniobra increíblemente peligrosa para la planta, escribe el biólogo Barry Rice en su libro El Cultivo de Plantas Carnívoras/Growing Carnivorous Plants. Digerirse una comida así le toma siglos a una planta, por lo que la carne, al descomponerse, podría convertirse en un veneno letal para la trampa.
Eso no significa, dice el biólogo, que a una planta carnívora gigante no le guste la carne humana. Eso lo comprobó Rice de primera mano (o mejor, de primer pie), el día en que le dio pie de atleta y decidió ensayar a darles a varias plantas (Venus flytrap) unas migajas de su cuero infectado. Pues bien, a los pocos días, las Venus se habían almorzado todo. Rice predice que la piel y los órganos humanos sanos seguramente que tendrían el mismo fin. Pero no va a hacer el ensayo. “Le tengo apego a mis dedos”.

Rice (este es su algo aburrido website) está escribiendo un segundo libro para las audiencias jóvenes de la editorial Scholastic, titulado Monster Plants, con toda suerte de datos insólitos sobre estos exóticos miembros del reino vegetal… ¿o animal?