…tres…dos…uno…¿ignición?
Un blog de Angela Posada-Swafford sobre ciencia, exploración y las cosas extrañas con que me encuentro durante algunos de mis reportajes./ A BLOG ABOUT COOL SCIENCE, EXPLORATION, AND SOME PERSONAL ADVENTURES IN SCIENCE REPORTING.
En un rincón de la bodega reposa otra caja enorme que no me permiten ver. ‘Es
que es el cráneo de Samson, que pesa 725 kilos, y ya está empaquetado en una
montura especial’, explica su responsable, otro artista llamado Joe Johnson.
‘Samson es otro tiranosaurio famoso porque tiene el cráneo más perfecto y
completo jamás descubierto en un t-rex. Así como Sue tiene el cuerpo perfecto
pero su cráneo está deformado, Samson tiene la cabeza intacta y su cuerpo es menos completo. Le puedo mostrar sus dientes y los huesos sueltos del
interior del cráneo”, añade abriendo una puerta que da a una pequeña habitación
llena de repisas sobre las que reposan huesos planos de formas indescriptibles’.
Este hueso se llama premaxilar, y es parte interior del hocico. Los
paleontólogos ni siquiera sabían que estos huesos existían hasta que apareció
este ejemplar. Y estos son los dientes: note que aún son afilados”, me dice
entregándome uno de por lo menos 12 centímetros de altura con los bordes
aserrados. La parte inferior de la mandíbula desarmada muestra dientes más
pequeños, creciendo en hileras como los de un tiburón blanco. Es fácil entender
cómo esa boca habría sido capaz de ejercer suficiente presión para traspasar lo
que fuera. Samson pertenece al empresario británico Graham Lacey, de quien se
dice que pagó entre 5 y 8 millones de dólares por el animal, que desde hace un
año duerme en Nueva Jersey mientras su dueño decide qué hacer con él.
‘Lo más importante del cráneo de Samson es que fue
enviado a la NASA para que le hicieran un CAT scan’, dice el paleontólogo
Lamanna. ‘Tras ese examen descubrieron que dentro de su cavidad nasal podrían
existir unos órganos llamados turbinetes, un tejido en forma de espiral que sólo existe en las narices de las criaturas de sangre
caliente. Los turbinetes son canales por entre los cuales fluye la sangre
a medida que el animal inhala y exhala. Y entonces este cráneo viene a apoyar la
teoría de que los dinosaurios eran animales de sangre caliente y por lo tanto
más relacionados con las aves que con los reptiles. Por eso hay tantos
paleontólogos molestos con la idea de que este animal no esté en un museo o en
un centro de investigaciones’.