
No se ría. Existe. El
Creation Museum va a abrir sus puertas en Boone County, Cincinnati, Estados Unidos (naturalmente), cerquita del aeropuerto internacional. Y para que los demás museos “evolucionistas” se mueran de la envidia, tiene un presupuesto de US$27 millones y espera recibir un cuarto de millón de visitantes anuales. En exhibición: dioramas que muestran cómo el
Tyrannosaurus-rex era vegetariano y vivía en el Jardín del Edén, junto a Adán y su costilla. Y claro, el Arca de Noé estaba llena de dinosaurios. Uno se podría preguntar ¿cómo cabría un brontosaurio, si sus dimensiones eran mayores que las del fabuloso barco de madera? Fácil, contesta el museo: fue colocado a bordo cuando era pequeño. ¡Qué boba soy! ¿Cómo no se me ocurrió esa respuesta?
El museo está basado en la interpretación literal de la Biblia: el mundo fue creado en seis días de 24 horas, hace unos seis mil a diez mil años, y luego, “¡puf!”, los humanos salimos de la nada. Y además hay una exhibición según la cual la evolución es la raíz de todos los males.
Pero más allá de la payasada de 27 millones de dólares de este museo de los Picapiedra (con una colección de minerales que hace salivar a cualquiera) lo asustador es que, según una encuesta de Gallup, el 47 por ciento de los estadounidenses cree a pie juntillas que Dios creó al mundo hace diez mil años. Entre estos fervientes están las personas con poca educación, algunas personas mayores de 65 años, y una gran cantidad de republicanos.
Y el museo utiliza modelos de dinosaurios que mueven el cuello y rugen, para atraer gente. Las pobres bestias reclutadas a las malas no pueden defender su edad: Un rugido mayúsculo es el que lanzaría el
T-rex cuyos huesos verdaderos de 70 millones de años tengo en mis manos ahora mismo, a medida que trabajo en su restauración con especialistas del Museo Carnegie en Pittsburgh,
un museo que sí es de verdad (la crónica sobre
“cómo construir un dinosaurio” viene a finales de esta semana).
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La revista Muy Interesante de abril tiene una nota sobre Ciencia contra Religión, en
http://www.muyinteresante.esEn la fotografía, Ken Ham, el presidente del grupo Answers in Genesis, que financió el museo, con un molde de la cabeza de T-rex, que pasó de los 65 millones de años a los 10,000. ¡Vaya regreso a la juventud!