
Es poco lo que he podido escribir en este blog desde que llegue a la Antártida porque todo está apareciendo en
un detallado diario interactivo en las páginas web de MUY INTERESANTE, con videos y fotos y algo de audio de los sonidos ambientales antárticos.
¡Te invito a que lo sigas!
La travesía por el Paso de Drake, famoso por su mal genio, fue más bien muy suave (un 3 en escala de 1 al 10, según el capitán del buque de investigaciones Laurence Gould). Las aguas de todos los océanos del planeta se juntan en Drake, mezclándose las aguas cálidas del norte con las gélidas de la Corriente Circumpolar Antártica, y este choque alucinante genera ventarrones que pueden formar olas de hasta 12 metros de altura.
La travesía de 5 días, con un grupo de 30 científicos de varias disciplinas (biólogos , geólogos y paleontólogos) culminó con la llegada a la Estación Palmer, en un día nublado y frío. Pero ese frío contrató con la hermosa calidez de la gente que trabaja aquí. Palmer es un lugar único en el mundo. Con no más de 40 personas, es la única estación de investigaciones de EE.UU. en la Península Antártica.
Las razones son las siguientes: la Península es un medio ambiente biológicamente muy rico; hay una abundante cantidad de agua fresca por los glaciares alrededor; el acceso en barco es fácil al muelle (barco es la única forma de llegar a Palmer por ahora, aunque en el futuro se prevé el potencial acceso en aviones de carga). Finalmente, al lado de los glaciares existe un área rocosa libre de hielo, que es donde está el edificio de la estación.
Todo eso es clave para los estudios que se llevan a cabo aquí: estudios con aves antárticas (incluyendo pingüinos, petreles y otros); fitoplancton (plancton vegetal) y bacterias, para mencionar algunos. Estos estudios vienen realizándose desde hace varios años, pues es la forma de comparar, medir, demostrar.
La cuestión es la pérdida del HIELO. Ese es el punto cardinal de todo esto, como aprenderé más adelante. Cuando el hielo aumenta o disminuye, cuando se derrite o se compacta, los cambios en el ecosistema local, y mundial son importantes. Son la base de muchas cosas en una larga cadena que comienza en el mar y en la atmósfera, y termina en nuestras casas, en nuestras billeteras, en nuestras despensas y en el futuro de nuestra calidad de vida.