Bajo la plataforma de lanzamientos
Sabía que valdría la pena. En una ocasión yo había estado en lo alto de la asombrosa matriz de tubos que nutre y protege al transbordador. Pero esta vez la visita era a la base de la estructura, la fosa donde caen las llamas que despiden los propulsores, castigándola con sus 6.6 millones de libras de empuje.
La plataforma te hace sentir muy pequeñito, y es muy divertido ver las planchas de metal calcinado por la explosión controlada. La razón de la visita era ver los daños que sufrieron las paredes de ladrillo durante el último despegue. Ese reportaje acaba de subir a las páginas digitales de Muy Interesante (En la fosa del dragón).
Pero lo que emociona a cualquier entusiasta de la exploración espacial es que esta misma plataforma fue la que vio salir al monstruoso Saturno V con la misión que habría de poner el pie en la luna. No veo la hora de ver sobre esta misma colina de hormigón armado al Ares I y al Ares V, otras dos bestias de carga que harán ver al shuttle como un carrito deportivo… por allá en 2015.
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