A ellas tampoco les gusta madrugar
Un estudio de la Universidad de Vanderbilt, en Tennessee, halló que a las cucarachas, igual que a mucha gente, no les gusta madrugar. Por alguna razón los bichos son incapaces de aprender ningún truco nuevo durante las primeras horas del día -igual que tantos universitarios sin cafeína-. Pero en las tardes y noches, algo hace ‘clic’ dentro de sus detestables cuerpos y se convierten en ejemplos de eficiencia del aprendizaje.
El estudio es el primer ejemplo de un insecto cuya habilidad para aprender está controlada por su reloj biológico. Y demostró que, aunque no se puede afirmar si las cucarachas tienen un alto coeficiente intelectual, por lo menos ahora se sabe que se les puede entrenar.
No sabría decir que es más estrambótico: pasar dos años estudiando cucarachas, o entrenar a cientos de ellas para que asociaran la menta –un olor que ellas odian- con el de la vainilla, que es su aroma favorito. Los investigadores dicen que el estudio podría proveer información sobre la relación entre los relojes biológicos, la memoria y el aprendizaje en otros animales y en humanos. El verdadero descubrimiento sería poder entrenarlas para seguir el aroma de la vainilla hasta sacarlas fuera del planeta.
2 comentarios:
Se nota que no te gustan demasiado las cucarachas, eh? Je, je, je. Tampoco son mis animales favoritos.
Qué estudios más curiosos!
Saludos
Angela no tenía ni idea los del olor de la menta, se ha utilizado como repelente?
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