Este paisaje de perfección es la Barrera de Hielo Ross en la Antártida Occidental. Allí mismo aterrizó nuestro C-17 en enero de 2006 (un corto diario de esa expedición está en este mismo blog). ¿Nota usted que algo se esté derritiendo? Yo tampoco. Ni los glaciólogos que estudian la dinámica de estos hielos que forman la repisa del tamaño de Francia. ¡Y ese es el problema!
Tremendo susto se llevaron –y con razón– hace poco, al descubrir en las imágenes del satélite QuickScat de la NASA, que en 2005 un soplo de aire caliente proveniente del Mar de Amundsen había derretido la superficie de una sección de la barrera, formando una laguna tan grande como el estado de California. Y después esa agua se volvió a congelar. La cuestión es que parte de este derretimiento ocurrió en zonas del continente blanco que rara vez suben del punto de congelación. ¿Habrá comenzado a suceder "aquello que no nos atrevemos a decir en voz alta" (al estilo de Voldemort)?
Desde luego que el “evento” podría ser una rareza aislada: después de todo, el INTERIOR del continente antártico ha sido el más estable, el que hasta el momento casi no ha respondido al calentamiento global. A diferencia de la Península Antártica, frente a Sudamérica, que en 2002 vio desintegrarse su Barrera Larsen B en cuestión de meses. Como por arte de magia hizo "puff!" y el hielo se quebró en mil pedazos.
2 comentarios:
Sin duda, en 50 anos, "Soylent Green" bien pudiera ser realidad. Nuestra realidad.
Muy interesante, que blog tan chevere felicitaciones...
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