Enciclopedia de la Vida
Para quienes acumulamos artefactos extraños, la biodiversidad es una colección de tesoros. Una colección de orquídeas, semillas arrugadas y eucaliptos; hormigas, garras de tigre y colmillos de cocodrilo; plumas, escamas y cáscaras de banana; la piel del leopardo, el tronco de un pino y el ojo de una ballena; vuelos de cortejo, gritos de guerra y el aroma de la tierra cuando llueve. Cuando encontramos algo que es raro, lo agregamos mentalmente a la lista -aparentemente interminable- de formas que puede tomar la vida. Sonreímos asombrados porque hemos descubierto una variación más de un tema muy antiguo. Una nota nueva en la melodía que nuestros amigos aún no han escuchado. ¿Cómo podemos darnos el lujo de perder esas notas si aún no tenemos en nuestras manos la partitura completa del concierto?
La diversidad de especies en la Tierra es mucho más que una bonita colección de cosas vivas. E.O. Wilson, el más importante experto en biodiversidad en el mundo, calculó recientemente que existen al menos 1.5 millones de especies de organismos reconocidos sobre el planeta. Cada año se describen otras diez mil especies nuevas para la ciencia, casi todas microscópicas. Pero eso no es nada. Wilson calcula que aún nos quedan por descubrir y catalogar al menos diez millones de organismos desconocidos, en su mayoría insectos y bacterias.
¿Bacterias? ¿Qué nos puede importar descubrir o perder a una especie de bacteria? Nos podríamos preguntar. Es tentador pensar en proteger sólo a los animales grandes y llamativos, las criaturas que nos arrancan torrentes de emociones. A muchos nos parecería que nuestra existencia sería mejor sin los insectos. Pero a pesar del molesto zumbido, la vida en la Tierra necesita también sus insectos, sus hongos y sus bacterias. Porque la biodiversidad es una paleta genética de muchos colores, cada pigmento absolutamente crucial para la vida en el planeta, y eso incluye nuestra propia salud.
Como señaló alguna vez el premio Nobel Paul Ehrlich, perder una especie es como reventar un remache en el ala de un avión. Uno puede reventar muchos remaches y el avión podrá seguir volando. Pero, ¿quién sabe cuántos remaches más habría de perder el ala para que el siguiente en reventar echara a pique la maquinaria?
Portal de la ENCICLOPEDIA DE LA VIDA: http://eol.org/home.html
2 comentarios:
Como la revista muy interesante tu perfil Angela. Soy periodista de interes humano y negocios (aca mismo en Miami) Te pregunto ¿escribes en ingles? Porque mencionas Wired y Discovery.
Mi email por si quieres contestarme es: ive@pobox.com.
Hola Ivelisse.
Si, tambien escribo en ingles. Para Wired y new Scientist lo he hecho ocasionalmente.
Un cordial saludo!
angela
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