Parece una obra de arte moderno, ¿cierto? Una pintura que recuerda vagamente a Miró. En realidad es el paisaje microscópico de nuestro intestino delgado. El “pasto” son los filamentos (“microvilli”) que recubren nuestras íntimas paredes para ayudar a procesar lo que sale del estómago. Y los “soles” de arriba son microbios que están siendo manipulados para romper las grasas.
Un nuevo estudio indica que las bacterias dentro de nuestros intestinos influencian la forma en que las grasas se depositan en el hígado. Otras tienen que ver con la resistencia a la insulina, y todas alteran nuestro metabolismo de mil maneras.
Suena extrañamente fascinante: nuestro cuerpo es un ecosistema que alberga a 100 trillones de bacterias. Si lo vemos desde esa óptica, sólo el 10% de nosotros es humano. El resto, ¡es ADN bacterial! Los bichos siempre han estado allí, pero apenas ahora comenzamos a indagar más en serio acerca de nuestros inquilinos. Algunos pagan su renta, dándonos buena salud. Otros, en cambio, son de estos clientes que destruyen la finca raíz.
Y todos vivimos juntos como “una familia feliz”.
Foto: David M. Phillips/The Population Council/Photo Researchers Inc.
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