Pequeños y osados navegantes
Para descubrir cómo se orientan las diminutas larvas en el mar para hallar un arrecife coralino, Claire Paris de la facultad de ciencias marinas Rosenstiel de la Universidad de Miami se inventó un aparato bastante inteligente: es algo que parece una cometa sumergida, diseñada para detectar y cuantificar la orientación de los pececillos dentro del ambiente pelágico, es decir, en mar abierto. El aparato queda a la deriva mientras una cámara filma los movimientos del animal, que está contenido dentro de unas paredes circulares.
Lo interesante es que el sistema puede cambiarle las condiciones del juego a la larva, simulando cambios en la química del agua, o en la acústica, o en los campos magnéticos, para ver cómo responde el animalillo para poder navegar. Y claro, la cámara de video tiene una luz infrarroja para filmar de noche.
Quizás un día los pequeñines nos enseñen a vivir sin GPS.
El boletín de prensa de Rosenstiel está aquí.
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