Juntos en la Aventura

Un blog de Angela Posada-Swafford sobre ciencia, exploración y las cosas extrañas con que me encuentro durante algunos de mis reportajes./ A BLOG ABOUT COOL SCIENCE, EXPLORATION, AND SOME PERSONAL ADVENTURES IN SCIENCE REPORTING.

viernes, 29 de febrero de 2008

Marte rojo…¿Marte verde? ¿y azul?




(Imágenes: Un Marte terraformado y con su propio océano, en versión artística; y foto real del imponente Vastitas Borealis, el valle que rodea al polo norte marciano actualmente cubierto con un casco de hielo). La foto es cortesía de ESA.

Después de leerme la trilogía de Marte de Kim Stanley Robinson (Marte Rojo, Marte Verde, Marte Azul) el otoño pasado en preparación para la nota de la portada de marzo de Muy Interesante, edición de Madrid, quedé más convencida de la viabilidad de terraformar a ese planeta oxidado pero fascinante. Durante el transcurso de la investigación de las notas hablé con unas 30 personas de todas las disciplinas científicas: astrobiólogos, científicos planetarios, geólogos, oceanógrafos, biólogos, ingenieros de todos los sabores, escritores y hasta filósofos. Aunque fue de lo más divertido del mundo, no es fácil aterrizar ese tema de aparente ciencia ficción. Y sin embargo la receta para terraformar un planeta muerto es perfectamente plausible.

Es inevitable que algún día dejemos este huevo que nos sirvió de nido hasta ahora (aunque si existen universos paralelos y si la física cuántica tiene razón, quizás hayamos habitado -o estemos habitando ahora mismo- otros mundos simultáneamente) para mudarnos a otros vecindarios. No conozco a nadie que se haya quedado para toda su vida en la misma casa donde nació. Claro que primero tendríamos que asegurar la supervivencia de nuestra especie dentro de los próximos millones de años.

Y por eso me entusiasman tanto los adelantos que hacemos con respecto a la exploración marciana. Sin ir más lejos, hace dos días un grupo de estudiantes del MIT (Massachusetts Institute of Technology) comenzaron a vivir, trabajar y comunicarse con el mundo exterior como si estuvieran dentro de una misión a Marte. Cada vez que salen fuera de su pequeño y redondo hábitat se ponen trajes espaciales simulados y pasan a través de una esclusa de aire. Para comenzar a entender los desafíos logísticos, científicos y sicológicos de la “cosa verdadera”, los exploradores del desierto de Utah tienen que jugar al Planeta Rojo. El hábitat en cuestión se llama Mars Society Desert Research Station y lleva en funcionamiento desde 2002. Incluso hacen unos audio-webcasts en vivo, que (a veces, cuando el site funciona) se pueden escuchar aquí.

Por otra parte, me encanta pensar en quién sabe cuántos polizones microbianos podría haber dejado el WD5, el asteroide que casi se estrella contra Marte la semana pasada (cada mil años una de estas rocas se da de cara contra Marte, aunque cada diez a veinte años hay un encuentro cercano), como bien reporta el web site Space.com

Genial. Arriba Marte.

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

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domingo, marzo 02, 2008  

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