Las bondades del Polonio-210
Dárselo de beber a alguien es sencillo: disuélvalo en algo salado como un caldo de pollo. La lengua nunca notará la diferencia, y la sangre del cuerpo absorberá el cincuenta por ciento distribuyendo la radiación por todas partes. El sudor y la saliva del enfermo fácilmente contaminan a quien le da un beso o le enjuga la frente. Y la radioactividad permanece en los muebles que toca. Otro beneficio: el Polonio-210 emite radiación alfa de corto alcance. En otras palabras, entrarlo de contrabando a alguna parte es sencillo.
Durante la Guerra Fría el material se usaba como gatillo disparador para desatar una reacción en cadena de neutrones en las bombas atómicas fabricadas por EE.UU. Rusia y Gran Bretaña. Se producía con regularidad en Dayton, Ohio, dentro del Proyecto Manhattan.
No cualquier vecino puede ponerle las manos encima a un poco de Polonio-210. Tal pareciera que los rusos siguen empleando las mismas técnicas de cuando la KGB se enfrentaba a James Bond.
3 comentarios:
Este es un test.
este es otro test
siguen los tests
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